San Cipriano, también conocido como San Cipriano el Cartago, fue un líder de la iglesia que desempeñó un papel muy importante sobre la fe cristiana. Además, era un santo que se le hacían peticiones de protección, sobre todo en las noches de luna nueva.
San Cipriano en muchas culturas era considerado como un protector espiritual, se creía que podía deshacer maleficios y proteger de las energías negativas que nos rodean. Por ello, las personas le hacían ofrendas en busca de su ayuda o protección.
San Cipriano es reconocido como un símbolo de fortaleza espiritual, capaz de resistir a la adversidad y un protector de todo lo negativo. Asimismo, se le vincula con la sabiduría y el conocimiento, ya que las personas acuden a él en busca de orientación y consejos en cuestiones espirituales, así como para recibir ayuda en la toma de decisiones y de acciones.
El velón de San Cipriano es ideal para la protección y se suele emplear como el tercer paso en el proceso de limpieza y protección. Este velón nos ayuda a resguardarnos de las influencias negativas y de los trabajos energéticos que nos puedan hacer. Por lo general, se utiliza tras una limpieza inicial para asegurar la protección de nuestro entorno contra posibles vibraciones negativas. Este santo nos ayuda a crear un espacio protegido, de modo que las malas energías no puedan afectarnos y podamos hacer peticiones rodeadas de vibraciones positivas.
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