El romero es una de las plantas más espirituales que se utilizan en el mundo esotérico. Por su naturaleza, se mantiene en un constante movimiento energético, con propiedades muy amplias y efectivas que pueden traerte grandes beneficios en diferentes aspectos de tu vida.
El romero ha sido una de las plantas más utilizadas como incienso desde las culturas más antiguas. Al quemarse emite poderosas vibraciones limpiadoras y purificadoras. Los romanos quemaban sus hojas en las celebraciones, e incluso lo ofrecían a sus dioses. Los griegos, por su parte, utilizaban coronas de romero para mejorar la memoria antes de las pruebas por su gran ayuda en los estados de concentración.
Limpiezas energéticas, salud, amor, dinero, suerte… estas son solamente algunas de las peticiones para las que podemos usar el romero, pero hoy nos centramos en rituales de prosperidad, fortuna y suerte.
Antes de realizar cualquier ritual de prosperidad es esencial hacer una pequeña limpieza. Como ya hemos comentado, las vibraciones del romero son potentes limpiadoras, pero también ayudan a generar una atmósfera de atracción para la prosperidad y mejoran la autoestima. Puedes sahumar con un ramillete de romero seco antes de hacer tu ritual de prosperidad. Te ayudará a abrir los caminos en tus peticiones de prosperidad y fortuna. Combínalo con un velón de Santa Elena para completar tu ritual.
Coloca 3 velas amarillas alrededor del Velón de Hierbas de Romero, enciende primero las amarillas y por último la vela central, la vela de romero. Antes de prenderlas haz la petición económica que necesites. Espera a ver los resultados a los 3-7 días de realizar el ritual.
Puedes utilizar esencia o incienso de romero para ambientar tu hogar. Este aroma propicia estados de relajación, autoconfianza y concentración. Tu estado anímico es muy importante para recibir nuevas oportunidades con una predisposición favorable.
Coloca un ramillete de romero detrás de la puerta de entrada de tu casa en domingo. Déjalo colgado durante toda la semana y al domingo siguiente úsalo como sahumerio, esparciendo el humo por todo tu hogar. Repítelo tantas veces consideres necesario para proteger tu economía familiar de fugas innecesarias.
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