La radiestesia es una pseudociencia basada en que los impulsos electromagnéticos pueden ser percibidos por aquellas personas que tienen una mayor sensibilidad. Instrumentos como péndulos o varillas estimulan los sentidos y amplifican las radiaciones externas.
Humanos, animales, vegetales y minerales, así como cualquier elemento creado por el hombre contienen unas vibraciones que se corresponden con un amplio espectro electromagnético. Por ello, se cree que las vibraciones y las energías son expresiones de la vida en distintos niveles y grados.
Los radiestesistas se introducen en los campos magnéticos y la energía se propaga por todo su cuerpo. Una vez descubiertos esos campos electromagnéticos, la varita o el péndulo giran y se mueven en torno a sí mismo por las vibraciones. Todos los cuerpos emiten vibraciones magnéticas y los radiestesistas, antes de iniciar la búsqueda, preparan su mente para concentrarse en lo que se desea encontrar. Es por eso que pueden diferenciar distintas vibraciones ya sean de metal, de corrientes de agua o, incluso, de personas.
En la actualidad, la radiestesia se utiliza para detectar cargas o bloqueos energéticos; facilitar la conexión con el Yo Superior o Divinidad Interior; determinar el equilibrio energético de personas, animales, ambientes, minerales. También para abrir, limpiar o equilibrar chakras; medir la energía que discurre por cada zona de la vivienda según el Feng Shui; predicciones o adivinaciones.
Además, los usos más antiguos como encontrar minerales, agua o personas también se siguen llevando a cabo. La radiestesia es considerada una alternativa útil para encontrar nuestro origen cósmico y descubrir las respuestas a todas nuestras dudas.
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